El pasado 27 de Marzo tuvieron lugar, en un lugar privilegiado, el Salón de Actos del Museo de la ciudad de Antequera, las IX JORNADAS DE MEDIACIÓN de ANTEQUERA, organizadas por la asociación Soluciona@ en colaboración con el Excmo. Ayuntamiento de dicha localidad.
Las jornadas se convocaron bajo el título: “MEDIACIÓN FAMILIAR: CÓMO SUPERAR EL DIVORCIO SIN PERDERSE EN EL CAMINO” en horario de tarde. Autoridades del Ayuntamiento de Antequera y diputación de Málaga, muy implicados, participaron en la apertura y clausura junto al Presidente de la Asociación Solucion@.
En la primera ponencia “Mapeo de conflictos. Técnica para el diagnóstico previo a la intervención en Mediación”, D. Raúl Calvo Soler descubrió los detalles del trabajo que viene realizando a través de su proyecto en Buenos Aires donde ha desarrollado su modelo de “Mapeo del conflicto”, instrumento y técnica que, a través de un proceso de ocho pasos, establece un itinerario de intervención y análisis que ayuda al mediador a hacer un proceso indagatorio del conflicto. Las narrativas de las partes tienen un papel importante en el desarrollo del proceso de diagnóstico y, posteriormente, de intervención; y constituyen el material sobre el que se trabaja para construir el mapa y orientar al mediador sobre el camino a seguir, utilizando estrategias y técnicas concretas en cada paso. «Si estás pensando en la próxima pregunta que vas a hacer te pierdes la narrativa de lo que te están contando«, ha dicho el sr. Calvo Soler, que ha hecho hincapié en que construir el mapa del conflicto requiere comprender el conflicto y para ello son claves tres acciones fundamentales:
- Entender (limpiar, aclarar y ordenar),
- Explorar (obtener información específica),
- Comprender (valorar lo que el otro está expresando)
Al final de la ponencia se suscitó un interesante debate sobre la importancia de las narrativas y la necesidad del trabajo previo de mapeo, dado que no hay dos conflictos iguales ni las personas responden igual ante una misma situación, siendo esencial y necesario realizar una buena exploración del conflicto. Se destacaron los riesgos de una inadecuada gestión y mapeo del conflicto: “Los mediadores deben saber escuchar. Nos enseñaron la escucha activa, pero nadie nos enseñó a escuchar ese silencio; lo hemos llenado con las pautas de cada uno de nuestros ámbitos profesionales”.
A continuación se dio paso a una Mesa Redonda titulada “La mediación y los procesos de familia” en la cual intervinieron Dª María Ángeles Peña, Psicóloga, Mediadora, IML y CC FF (Juzgados de Familia Málaga), Vocal de GEMME; D. Pablo Sánchez, Decano de los Jueces de Cádiz. Coordinador de GEMME en Andalucía; D. Jose F. Garcia Casaus, Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Antequera; Dª Inmaculada Jimenez Martin Abogada y Mediadora, Coordinadora Sección Mediación ICAMalaga
Todos los participantes de la mesa expusieron lo que supone la mediación y su práctica en el ámbito del desarrollo de la paz social; vivimos en un mundo complejo en el cual los conflictos crecen y los litigios que conllevan colapsan los juzgados. Fomentar el recurso a otros sistemas para resolver determinadas controversias implica concebir el conflicto desde un plano colaborativo (ganar – ganar) y autocompositivo (acto privado voluntario), donde las propias personas implicadas se erijan en dueñas de su destino y asuman la responsabilidad de la gestión y resolución en aquellos conflictos que les afecten.
Diversas intervenciones destacaron la importancia de dar información sobre mediación al ciudadano que ha iniciado un proceso judicial contencioso y del rol del abogado en el uso de la mediación. También se puso de manifiesto la difícil situación que protagonizan los menores en procesos de crisis familiar donde están siendo víctimas directas e indirectas, describiéndose los diferentes “disfraces” con que enmascaran sus dificultades cuando son instrumentalizados. Se habló de progenitores perdidos en el pasado que no saben mirar al futuro, y de personas que necesitan adquirir habilidades para manejar el conflicto y que no afecte a sus hijos. Se pronunciaron frases inspiradoras como que «el abogado debe informar de todas las posibilidades, incluida la Mediación, pero sin aconsejarla o desaconsejarla, pues es el interesado quien debe decidir”, o que “la mediación es un mecanismo amigo del abogado”. Sobre todo se identificó como una necesidad que el ciudadano esté informado para que asuma su responsabilidad en la toma de decisiones, sin que vea mermada la tutela judicial efectiva. Se destacó que no todas las personas pueden estar preparadas para afrontar con éxito un proceso de mediación en una situación de crisis como es el divorcio ya que la Mediación no es una Panacea ni todos los casos son mediables. Si es cierto que en muchos casos la Mediación abre un Puente entre Espacio-Tiempo- Persona.
La Segunda Ponencia titulada “Conocer los caminos ayuda a llegar al destino”, estuvo a cargo de Dª Trinidad Bernal Samper, una de las principales investigadoras de la respuesta emocional de los hijos ante una ruptura de pareja, referente a la hora de considerar la mediación y su progresiva implantación en nuestro país. Destacaba que hay que salir de la rueda de dar siempre la misma información para pensar y reflexionar en cómo lo estamos haciendo como mediadores; que cuando una pareja se rompe, los menores no dejan de tener una familia, lo que ocurre es que pasan a relacionarse con ella de una manera diferente. Insistió en considerar que en una mediación, «que tú mejores la comunicación no quiere decir que estén preparados para tomar decisiones«; y en «diferenciar muy bien entre terapia y mediación: en terapia se explora y profundiza en las emociones, en mediación no”. La señora Bernal destacó que el trabajo de los mediadores no es solo establecer comunicación, sino que se basa en co-construir una nueva realidad y en ser capaces de llegar a acuerdos, de forma voluntaria y consensuada, evitando un largo y duro contencioso judicial.
Hubo un debate intenso sobre la situación de mediación familiar y las diferentes metodologías utilizadas, la importancia de la emoción y su tratamiento, entendiendo que no todo se puede solucionar a través de la mediación porque no es una panacea, y que en ocasiones se enmascaran bajo un proceso de mediación situaciones que deberían gestionarse a través de terapia u otro tipo de intervención.